A lo largo de mi caminar con el Señor ha habido algo que siempre me ha asombrado, y es la manera en la que la biblia aborda el gozo o el buen ánimo, es fascinante. En los casos en los que roba toda mi atención es cuando el autor expresa una situación devastadora y en seguida expresa su gozo o buen ánimo ante la circunstancia, todo por su confianza y su mirada en el Señor.

Filipenses es conocida como la carta del gozo, en ella se encuentra una de las mayores expresiones de alegría que hay en la biblia, nos muestra cual es el fundamento en el cual se debe de apoyar nuestro contentamiento, nuestra alegría y nuestro gozo.

EL FUNDAMENTO

‘’Regocijaos EN el Señor SIEMPRE. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!’’ Filipenses 4:4 LBLA

En otras versiones dice ‘’estén SIEMPRE llenos de alegría EN el Señor’’

¿Pero cómo podemos estar llenos de alegría siempre? si estoy pasando por circunstancias difíciles, o si es un mal día etc. La respuesta es en quien descansa esa alegría, quien o que es el fundamento de tu gozo, si son las circunstancias los malos tiempos vendrán y te desanimaran, si es tu trabajo un día puede ya no estar, si es el dinero en algún momento podría faltar, si son las personas posiblemente nos fallaran, pero si es EN el Señor este perdurara y aunque pases por en medio del fuego o la tormenta se desate a tu alrededor, tu mantendrás tu contentamiento firme porque descansa en lo único seguro que tenemos, EN el Señor.

El gozo no descansa en las circunstancias favorables sino EN el Señor.

CON TODO YO ME ALEGRARE

Alegrarnos en el Señor es una expresión de nuestra confianza hacia él.

Solo es cuando sabemos que estamos seguros y en confianza que nuestra alegría aflora, piensa en momentos con tus amigos, con tu familia, tiempos amenos de risas, de anécdotas, de diversión, estas alegre porque estas confiado. Lo mismo pasa con el Señor, cuando le conocemos, cuando nos acercamos a él, cuando entendemos que todo depende de él, es que podemos alegrarnos en medio de cualquier situación.

‘’Aunque la higuera no eche brotes, ni haya fruto en las viñas; aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento; aunque falten las ovejas del aprisco, y no haya vacas en los establos, CON TODO YO ME ALEGRARE EN EL SEÑOR, me REGOCIJARE EN el Dios de mi salvación. El SEÑOR DIOS ES mi fortaleza’’ Habacuc 3:17 al 19 LBLA

Lo que expresa Habacuc aquí es devastador en el contexto de una economía agrícola, hoy en día podemos parafrasearlo de muchas maneras, sin embargo, quiero seguir el camino trasado desde el principio.

La alegría de Habacuc no descansaba ni estaba fundamentada en el fruto, o el ganado, no estaba en lo que veía, ni en lo que podría pasar, el tomo la decisión de decir ‘’Con todo YO me alegrare EN el Señor’’ Su esperanza y su confianza estaban plantadas en Dios.

Nuestra mirada puesta en el Señor, nuestra vida confiada en él, hoy regocíjate, hoy alégrate en Dios, en su obra en la cruz, en su bondad, en su amor, en su misericordia que es mejor que la vida, en El, toma esa decisión.