Un nudo en tu garganta.
Escrito por Mariana Gutierrez

Seguramente te identificarás con esta expresión que hemos escuchado muchas veces, «un nudo en tu garganta». Tal vez hasta lo has sentido literalmente cuando estás en un momento de tristeza, enojo o impotencia. Esos momentos donde lo que estamos sintiendo es tan abrumador que queremos gritar, llorar, reclamar y reaccionar a esos sentimientos tan fuertes.

Si, entiendo por completo ese sentir. En lo personal me considero una persona muy emocional, y a veces mis emociones me controlan; y en esos momentos tan abrumadores es muy complicado para mi pensar, necesito tomarme unos minutos para calmarme y ahora si hacer las cosas bien. Y esto siempre había sido algo que me causaba mucho conflicto con mi relación con Dios. Cuando explotaba en mis emociones me sentía muy condenada, me daba vergüenza acercarme una vez más al Señor y a las personas, pues sentía que había dañado las relaciones. O que no merecía el perdón de los demás.

Pero me encanta cuando el Señor, en su misericordia, me recuerda (y nos recuerda), que en medio de esos momentos podemos correr a lo que Él dice de nosotros. Y me hace pensar en la historia de Moisés, un hombre que varias veces vemos reaccionando muy emocionalmente. Cuando mata a un egipcio queriendo «defender» a un israelita. También cuando rompe la tabla de los mandamientos; y por último cuando Dios le dice que le hable a la piedra para que salga agua pero él decide golpearla después de una queja del pueblo de Israel. Él reacciona en esos momentos, como tú y como yo. Y aún así en Números 12:3 leemos cómo Moisés es descrito como un hombre MANSO.

Mansedumbre: «La virtud que modera la ira y sus efectos desordenados».

Wow, ¿cómo es posible que el hombre que mató a otro en un momento de ira es considerado el hombre mas manso de todos los hombres? A mi me da esperanza, saber que Moisés permitió que Dios trabajara en su temperamento hasta formar el carácter de alguien manso, que escuchaba, muy sabio en sus decisiones, un líder ejemplar. Alguien que aprendió a desenredar ese nudo en su garganta antes de externarlo.

«Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.» Efesios 4:2

En medio de todo se que Dios está trabajando conmigo también, me he dado cuenta que hay cosas que si ha transformado de mi. Anhelo que el carácter de Cristo sea reflejado en mi. Un corazón manso para Su gloria. Y que el Señor me permita ser paciente y amar a los demás que han vivido lo mismo, como Él lo ha hecho conmigo.

2 Comentarios

  1. Maribel García

    Que buen ejemplo el de Moisés, en quien vemos un corazón dispuesto a ser transformado para ser un instrumento en las manos de Dios

    Gracias por compartir…

  2. Erick

    Es muy padre dejar que Dios trabaje en nuestro corazón, en esas áreas que aún nosotros no sabemos que están ahí
    Y si nosotros lo permitimos Dios nos transforma y se glorifica en nuestra vida