La hermosura de Jesús nos transforma.
Escrito por Andrea Hernández

No sé cuantos años tienes conociendo a Jesús personalmente, pero creo que todos hemos escuchado y cantado canciones que hablen sobre la hermosura de Jesús, pero sólo la revelación de Su hermosura y la contemplación de Su gloria en Su presencia puede llevarnos a decir lo que Pablo dijo en Filipenses 3:8 NTV: “Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo.“

Tantas veces me he aferrado a cosas que el Señor me ha pedido rendir o soltar, desde cuanto tiempo consumo entretenimiento, hasta relaciones o amistades, cosas que me mantenían distraída y con un callo en mi corazón, cosas que no se consideran pecado pero mi resistencia a soltarlas demuestran que realmente no las considero como “basura” comparadas con Cristo.

Todos fuimos creados para contemplar hermosura, y aunque lo que consideramos hermoso es subjetivo para cada persona, todos respondemos a la hermosura de la misma manera: amamos pasar tiempo contemplándola y es una respuesta natural, no te tienes que forzar para estar con esa persona que consideras hermosa ó si amas los atardeceres como yo, no te tienes que forzar para salir a contemplarlos y pasar el tiempo que sea necesario para ver todos los colores hermosos del cielo, así mismo pasa cuando Jesús nos revela Su hermosura, queremos pasar horas contemplándolo y no entramos a Su presencia con prisa, ni leemos Su palabra sólo para cumplir un plan de lectura, cuando realmente lo ves a Él, 10 minutos de devocional ya no serán suficientes para tu corazón, siempre vas a querer más y la buena noticia es que nunca vamos a terminar de conocerle, siempre habrá más que contemplar en Cristo.

David lo expresa mejor que yo en el Salmo 27:4 NBLA “Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: Que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para meditar en Su templo.”

Para que este sea nuestro mayor anhelo tenemos que ver lo mismo que vió David: Su hermosura.

Nuestra carne y el enemigo de nuestra alma siempre nos van a tratar de vender como hermoso y como bueno todo lo demás que no sea Cristo y muchas veces nuestra apatía, pecados que seguimos repitiendo ó hábitos que no glorifican a Cristo pero no podemos cambiar sólo son síntomas de que nos hemos comprado esas mentiras, síntomas de que consideramos hermosas mil cosas y amamos pasar tiempo con ellas encima de estar con Jesús, y en vez de forzarte a tener más dominio propio o forzarte a cambiar hoy quiero decirte que la cura para esos síntomas que revelan los afectos de nuestro corazón.

¿No puedes orar más de 5 minutos? ¿Prefieres ver series en vez de estar en Su presencia? ¿No puedes dejar ciertos pecados atrás? La solución no eres tú, la cura es la revelación de la hermosura de Jesús. Acércate hoy al trono de Su gracia con una oración diferente: muéstrame Tu gloria, déjame ver Tu hermosura.

La transformación de nuestra mente y nuestro corazón es sólo una respuesta natural a Su belleza. Busquemos una sola cosa juntos, ¡contemplarlo todos los días de nuestra vida!

1 Comentario

  1. Maribel Garcia

    Gracias por estos devocionales, en particular este me bendito mucho justo estas últimas semanas pensaba en las distracciones y los afanes que permitimos diarios que muchas veces nos impiden pasar tiempo en su presencia, pero omo David, si lo anhelamos debemos buscar esos momentos

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