¿Te ha pasado que anhelas tanto algo y te esfuerzas por ello pero simplemente no logras conseguirlo?
Al inicio del año me esforce por obtener algo y creí que eso iba a ser suficiente pero no fue así, me di cuenta que yo estaba tratando de controlar lo que iba a suceder y que por medio de mi esfuerzo si o si lo obtendría. Pero, estaba olvidando algo esencial, había dejado de preguntarle a Dios cuál era Su voluntad respecto a ese «algo» que yo quería conseguir.
La voluntad de Dios
¿Cuál es la voluntad de Dios? La respuesta a esta pregunta es muy amplia, pero lo que Dios me habló específicamente en esta ocasión fue que Él quiere que vivamos conforme a lo que Él desea para nosotros.
En ese momento, mi mentalidad me llevaba a cumplir con mi realización personal. Empecé a ver lo que me convenía y dejé de estar consciente de mis verdaderas motivaciones. Pero Dios… Él siempre tiene algo diferente y bien preparado para nosotros. Me sacudió y me llevó a darme cuenta de los temores que me estaban consumiento, de la arrogancía a la que me estaba exponiendo. Luego de esa cruda realidad, llegó ese «confía en mi porque no hay mejores manos» y experimenté un descanso inexplicable.
Después de esta ceguera y confrontación, Dios me recordaba que no me debo amoldar al mundo ni a lo que éste ofrece, sino renovar mi mente día con día para que pueda entender Su voluntad. Aquella voluntad que es eterna y que no tiene nada que ver con lo temporal e individual.
«Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.»
Romanos 12:2 NBLA
El contentamiento
Aún siguiendo la voluntad de Dios, me tocaba enfrentar el desenlace de lo que yo ya había comenzado. Claramente oré y le pedí a Dios una respuesta favorable, conseguir eso que anhelaba. En la espera Él me hablaba sobre dejar la expectativa y la preocupación a un lado, esto para poder gozarme en quién es Él y no en lo que Él puede hacer.
«Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes.»
1 Pedro 5:6-7 NBLA
Es fácil pedirle a Dios que haga Su voluntad sobre tu vida o sobre la situación que estás viviendo, pero vivir en contentamiento con Su voluntad a pesar de que no te esté agradando, eso es lo difícil. El verdadero contentamiento es que cualquiera que sea la situación o petición, sí la respuesta es favorable para ti está muy bien y sí no lo es mejor aún, porque tu seguirás viviendo en gozo pues descansas en Aquel que es y que hace lo mejor para ti.
«Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.»
1 Tesalonicenses 5:18 NBLA
No logré obtener lo que yo quería, pero ahora puedo decir que conocí el contentamiento como nunca antes Dios me lo había enseñado. Mi fe fue estirada y mis ojos regresaron a Aquel que mi alma ama, al Dios que es y siempre será. Eso siempre es mejor que obtener que se haga tu volutad.
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