Hoy en un curso de Photoshop el maestro dijo “lo que veo no es realmente lo que hay”, porque enseñaba sobre la función de “Capas” que básicamente consiste en que se pueden colocar varias imágenes o diseños arriba o abajo del otro, pero siempre se ve el que el diseñador pone encima de todos los demás.
Noté que yo también estaba poniendo esas “Capas” en lo difícil que estaba atravesando. Enfrentaba situaciones que estaban produciendo en mí dolor, cansancio y estrés; las cosas se empezaron a tornar cada vez más pesadas, pensaba cada vez mucho más en esos problemas, sentía condenación y desánimo. Empecé a poner la “Capa de mi misma” por encima de otras capas.
Decidí pedir ayuda a mi familia y amigos en la fe, además de seguir con mis tiempos devocionales. En medio de sus oraciones, pláticas, consejos, rides, comidas, empecé a ver un pedacito de la “Capa de otros” que yo había perdido de vista. Comencé a escuchar y notar más sus necesidades y luchas.
Hubo algo clave que me dijo una amiga “Oraré para que se cumpla la voluntad de Dios en todo esto, que los involucrados en ese problema puedan acudir a Dios y te use en medio de todo el proceso” ¡¿Usarme?! ¡Claro! Había perdido de vista la capa más importante, la “Capa de Dios”. Él es mi Padre y ha prometido estar conmigo todo los días (Mateo 28:20) incluso cuando pase por situaciones que parecen fuego (Daniel 3:25), Él es mi plenitud (Colosenses 2:9-10) y todo lo que necesito (Salmo 23) y además, Su corazón se duele por los perdidos (Lucas 15:4-7) y su deseo también es que ame y ayude a mis hermanos (Romanos 12:10-15).
Una vez que puse en primer lugar lo que Dios es y lo que Él dice por encima de las otras capas, mi enfoque cambió. Sigo enfrentando esos problemas, pero ahora decido aferrarme a estas verdades:
“Hermanos míos, alégrense cuando tengan que enfrentar diversas dificultades. Ustedes ya saben que así se pone a prueba su fe, y eso los hará más pacientes. Ahora bien, la paciencia debe alcanzar la meta de hacerlos completamente maduros y mantenerlos sin defecto” Santiago 1:2
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo” Apocalipsis 19:11-12 RVR1960
Las oraciones y conversaciones de la Iglesia fueron clave, y como tu amiga en la fe me gustaría ahora a mi recordarte que Jesús es y será Fiel y Verdadero por encima de cualquier situación que atravieses, puedes descansar en esa verdad y en que las pruebas que atraviesas te ayudarán para verlo más a Él y amar más a otros.
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