Por mucho tiempo viví ahí, en un lugar seco, aparentemente con vida pero falto de agua. En un lugar donde mis ‘’esfuerzos’’ se llegaron a volver mi fuente, donde mi ánimo dependía de mis acciones, de lo ‘’productiva’’ o no que era, y sabes? era cansado. En ese mismo lugar seco intentaba llenarme con otras fuentes, o con lo que otras personas habían cultivado en intimidad con Dios.
Mi vida se empezó a volver monótona y no por las rutinas que tengo cada día, si no por un estado de estancamiento tan grande en ya no era consciente de la vida, de la necesidad que había a mi alrededor y de la necesidad tan grande que tenía yo de Cristo, la fuente de agua viva.
Hay veces que sin saber porque, nos sentimos como un estanque del que el agua no esta dando lo que tiene que dar, sabemos que está, mas no sentimos que fluya o tenga vida, si, hay momentos así, y creo que todos o al menos la mayoría pasamos por esa situación un tanto incomoda que nos hace sentir que no estamos cumpliendo con el propósito al que fuimos llamados. Es muy fácil llegar a ese punto en el que nos sentimos así, pero conscientes o no de los motivos que nos provocan ese sentimiento de estar estancados siempre la mano de Dios estará cerca para remover el agua y hacerla correr hacia el mar de su presencia.
Tal vez hoy te encuentras sintiendo que tu vida esta estancada, y una y otra vez te has preguntado como es que dejó de fluir el rio en tu vida, pero déjame decirte algo, a veces es necesario llegar a esos momentos para darnos cuenta de que las cosas no fluyen por nosotros mismos, sino por gracia de Dios, que todo empieza por Dios y termina en Dios. Puede ser que un obstáculo ocasionó que tu vida se estancara y hasta hoy no has podido hacer nada, pues bien, entonces es momento que dejes que Dios actúe y remueva tu estanque, quite los obstáculos y permita que el agua siga corriendo hasta llegar a donde Él quiere que llegue.
Se necesita de una obra sobre natural, algo del Espíritu para salir del estado de estancamiento. No es o no se comienza por una obra o esfuerzo humano, si no en una total dependencia del Padre.
Nacimos para vivir esa vida abundante que Dios promete en Juan 10:10, donde el agua no se estanca si no donde fluyen ríos de agua viva. Es cierto que a veces en tu paso puedes encontrarte con obstáculos y trabas, habrá ocasiones en las que pienses que el agua ha dejado de fluir, momentos en los que sientas que estás en un estanque al que no sabes como llegaste, pero si de algo puedes estar seguro, es que Dios siempre estará cerca para quitar barreras y remover tus impedimentos, de modo que vuelvas a sentir como el agua viva de su Espíritu sigue corriendo por tu ser.
Cultivemos esa relación íntima con el Padre, no dependamos de lo que otros han escuchado o leído, si no de lo que Él Señor te habla a través de Su palabra, de la oración y de esos momentos preciosos en el secreto. Corramos a la fuente sin importar qué, pero corramos, solo así saldremos del estanque, no hay opciones.
‘’Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed JAMÁS, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.’’ Juan 4:14
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