EL ESTÁNDAR ES CRISTO
Éste año me casé y sin duda mi vida cambió por completo; mi rutina y mi manera de pensar en muchas cosas ya no era la misma. Mi temporada de soltera había terminado y ahora comenzaba una nueva.
Cuando comencé este caminar del matrimonio luchaba constantemente con pensamientos que me impedían disfrutar el presente, y El Señor me llevaba a hacer esta pregunta: ‘’¿En dónde estaba puesta mi mirada en esta temporada?’’Probablemente estés pasando por la misma etapa que yo o es distinta, tal vez acabas de salir de la universidad, empezaste en tu nuevo trabajo, empezaste a estudiar o acabas de ser mamá. Son muchas las temporadas por las cuales podrías estar pasando y hay un gran mal que a veces se apodera de todos nosotros y no nos permite tener contentamiento. Ese es el mal de la insatisfacción.
Es muy frecuente que nos sintamos insatisfechos con lo que tenemos, somos o hemos logrado. La insatisfacción es a menudo con nosotros mismos, o quizás nuestra insatisfacción es con nuestro entorno, con las personas que nos rodean y su forma de ser o actuar.
Probablemente han llegado pensamientos a ti de comparación o insatisfacción como:
»Ella o Él ya está viviendo esto y yo aún no»
»No estoy feliz en el lugar en el que estoy»
Y estos pueden ser solo el 1% de todo lo que pasa en tu mente 24/7 porque siempre estamos vulnerables a la comparación y a la queja, sea el lugar en donde estemos nuestro corazón tiende a quejarse o a ver lo que no tenemos. Pero quiero llevarte a la pregunta que puse casi al inicio… ¿En quién o en qué está puesta nuestra mirada, en quién estamos queriendo encontrar la satisfacción que Jesús quiere darnos?
Tener contentamiento es estar satisfechos con nuestras circunstancias. Estar satisfechos significa que no anhelamos nada mas. Cuando estamos en una correcta relación con Dios, nuestras almas están satisfechas en Él.
Nuestra cercanía y enfoque en Jesús nos permite disfrutar y estar contentos con nuestro presente sabiendo que toda temporada en nuestra vida es una oportunidad para ser transformados a la imagen de Jesús y crecer en una profunda dependencia de Su presencia y de estar en constante comunión con Dios.
Si hay algo que Jesús nos recuerda en hebreos 12:2 es fijar nuestra mirada en Él.
»Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, por el gozo puesto delante de él, sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.» He12:2
Aveces nos llenamos tanto de nosotros y de nuestras circunstancias que nos olvidamos del dueño de todas nuestras temporadas. Nos olvidamos que Él tiene absolutamente el control de todo lo que pasa en nuestras vidas en el presente pero también en el futuro y que su voluntad es buena, agradable y perfecta (romanos 12:2)
La clave para tener contentamiento es entender que Instagram no es el estándar ni nada de lo que este mundo pueda ofrecernos. Nuestra esperanza es mucho más grande, es eterna, nunca cambia, permanece, va mas allá de nuestro entendimiento.
¡Para los que creemos en Él todo obra para bien! Entonces, sea la temporada en la que estés, velo como una oportunidad para ser transformado a la imagen de Cristo.
3 Puntos clave para vivir en contentamiento:
1.- Morir a ti mismo (Lucas 9:23)
»Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.»
2.- Somete tus pensamientos a los de Jesús (2 corintios 10:5)
»Destruyendo argumentos, y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo»
3.- Ser agradecidos en toda circunstancia (1 Tesalonicenses 5:18-20)
»Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.»
Todo para conocerlo y cada vez parecernos más a Él.
Jesús es nuestro mayor ejemplo de contentamiento y plenitud, ninguna circunstancia que experimentó lo hizo estancarse o sabotear los planes que Dios tenia para Él. Él permaneció firme en las palabras de Su Padre aún cuando a simple vista parecían mas mentira que verdad.
Miremos a Jesús como el estándar, como la meta final, como la persona a quien debemos imitar y a quien nos queremos parecer.
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